En Fuengirola hay un peculiar restaurante Casa Roberto, una auténtica leyenda dentro de la oferta gastronómica de esta localidad desde 1968.
El local lleva el nombre de su dueño, un golfista belga amateur llamado Robert Lantsoght que recaló en la Costa del Sol mediados los años sesenta. Después de casi cincuenta años Robert Lantsoght Sr. ha cedido el testigo a su hijo, Robert Lantsoght Jr. jugador profesional de golf.
Roberto, como le llaman cariñosamente, quedó prendado de cómo se vivía en aquellos años en este rincón malagueño y decidió quedarse y emprender una nueva aventura en la que se fundieran su afición de golfista y la restauración. Así nació Casa Roberto un local pensado tanto para los golfistas extranjeros que vinieran en temporada, como para al turista en general.
Hasta aquí buena parte de la historia es normal, casi aburrida. Pero lo que hace verdaderamente interesante a este local de Fuengirola no es su carta, sino su peculiar ambiente que lo convierten en un lugar ideal dónde disfrutar de una cerveza y de la buena mesa en compañía de los compañeros de partida, amigos o familiares.
Y es que Casa Roberto atesora un sinfín de cosas curiosas. Como enamorado del golf desde los comienzos del local Robert ha ido reuniendo en las dos plantas que conforman los comedores más de 5000 palos de golf, una colección con la que en 1992 batió un record Guiness. Bajo ese cielo de palos de golf cualquier apasionado de este deporte se siente en el paraíso.
Además distribuidos por el local hay cientos de fotos suyas y de su hijo, muchos recuerdos de sus viajes, regalos de clientes y más de 20.000 firmas de clientes anónimos y famosos distribuidas por todas las paredes.