Cherry Hills demostró ser una dura prueba este jueves para los 69 jugadores que toman parte en el BMW Championship, tercer evento de los PlayOff de la FedEx Cup que tiene lugar en Denver.
Para saber de la dureza hay que preguntárselo a los líderes que solo llegaron a alcanzar el -3 o a Ryan Moore, jugador que cierra la tabla con 80 golpes (+10) puesto habitual de corte en cualquier torneo del PGA Tour y que ni de lejos se llega a esa cifra.
Con todo ello Sergio García es cuarto con -2 a un golpe de Rory McIlroy, Jordan Spieth y Gary Woodland, trío que encabeza la clasificación con -3 (67) con uno de ventaja sobre el propio García y otros ocho jugadores.
Las estadísticas dicen que el Castellón es cuarto cogiendo greens en regulación, aunque en el putt tuvo uno de sus mejores aliados.
«El campo se está jugando muy rápido y muy firme, a eso hay que añadir la altitud lo que hace difícil conocer las distancias exactas», dijo Sergio García tras acabar su vuelta. Cherry Hills se encuentra a 1.640 metros sobre el nivel del mar lo que hace que las bolas lleguen un 10% más lejos de lo habitual.
Erik Compton aseguró el miércoles que McIlroy lanzó un misil de 360 metros durante la ronda de prácticas y el propio McIlroy declaró que con la madera tres envió la bola a 312 metros de distancia en el hoyo 1 y que durante el ProAm con la misma madera hizo 333 metros.
«Yo no diría que es tan difícil como un US Open pero se le parece, especialmente alrededor de los greens y los greens están muy duros», dijo McIlroy. «Eso es lo que necesitan para mantener estos marcadores».
Gary Woodland, colíder junto a McIlroy y Spieth tampoco se mantuvo al margen y de forma escueta pero clara definió los greens, «parece que sean de hormigón».