Sergio García ha tomado el mando en el BMW Championship, tercero de los PlayOff de la FedEx Cup cuya recompensa para el campeón la próxima semana es de 10 millones de dólares. Al español le vino bien el descanso de la semana pasada, mientras sus compañeros disputaban el Deutsche Bank Championship, Sergio se encontraba en los Hamptons con su novia y unos amigos disfrutando de la playa.
Tras 15 años como profesional tiene clara su agenda, «yo sabía que no iba a ser bueno para mí», dijo sobre jugar el Deutsche Bank Championship hace siete días. «Estaba cansado y no iba a ser bueno para jugar la Ryder.»
El castellonense lidera en Cherry Hills (par 70) en el ecuador de la prueba, un recorrido antiguo (data de 1922) que se está mostrando duro y muy rápido en sus greens. Prueba de ellos es que a pesar del agua caida antes de la segunda jornada todavía se sigue jugando sobre el par del campo aunque en la jornada del viernes se rebajó en un golpe la media al pasar de 71,12 (jueves) a 70,06 (viernes).
García (-8) aventaja en un golpe a Ryan Palmer después de firmar la mejor cartulina de la jornada junto al estadounidense, 64 golpes. Así y todo el español no se encontraba completamente satisfecho con su juego al sentir que su tarjeta reflejaba un mejor resultado que el juego desplegado. «Necesito sentir que he jugado mejor que en los últimos dos días», dijo un exigente Sergio García al Tour.
Un eagle, cinco birdies y un solo bogey (otra vez en el 8) fue lo que anotó García en su vuelta donde el putt, una vez más, fue clave en el resultado ya que Sergio empleó 21 golpes con esa herramienta. Por detrás Rory McIlroy y Billy Horschel con -6.
Ahora habrá que esperar al fin de semana para ver que cara sacará el endiablado recorrido de Colorado. Cherry Hills se encuentra a 1.640 metros sobre el nivel del mar lo que hace que las bolas lleguen un 10% más lejos de lo habitual y haga más díficil conocer las medidas exactas.