El sargento Rick Yarosh, de 32 años, resultó herido en Irak en 2006 por un artefacto explosivo. Sufrió quemaduras en más del 60 por ciento de su cuerpo, y tras más de 50 operaciones quirúrgicas, perdió la nariz, las orejas, las piernas, los dedos meñiques y partes de otros dedos.
Yarosh es un amante del golf. “Perdí un pedazo de mi vida” cuando ya no era capaz de luchar, jugar a este deporte, o al fútbol americano, otra de sus pasiones.
Sin embargo, dos estudiantes de la Universidad Estatal Politécnica de Nueva York, Nicolas Arbour y Adam Peters, han conseguido, tras casi un año de trabajo, un palo de golf revolucionario para que el sargento pueda volver a practicar el golf. Realizaron, tras estudiar golpes profesionales, varios prototipos con una impresora en tres dimensiones. Así, el palo escogido finalmente es una protección de la muñeca unida al antebrazo con dos pistones que se adhieren a un par de pinzas que se adjuntan a su vez al palo, y un mango para el control de la oscilación.
“Estoy muy feliz, es una sensación increíble. He probado el palo y podría golpear la bola a bastante distancia. Ahora puedo salir con mis amigos de nuevo”, comenta Yarosh según informa siracusa.com.