Graeme McDowell no pudo empezar con peor pie el Valero Texas Open que se está disputando en San Antonio (Texas). Solo habían transcurrido nueve hoyos de la primera jornada cuando el jugador norirlandés tuvo que decir adiós al torneo por una lesión en el tobillo izquierdo, que ya arrastraba desde antes del comienzo del campeonato.
El golfista de 35 años tenía la intención de retirarse el miércoles durante el Pro-Am, pero los analgésicos y antiinflamatorios hicieron que creyera que podía aguantar. Error. A los nueve hoyos su tobillo dijo basta. Tras cuatro pares y cinco bogeys, McDowell avisó a sus compañeros de partido Dustin Johnson y Jim Furyk de que no podía continuar.
Acompañado por su caddie Ken Comboy el jugador británico fue conducido al club de golf, donde recogió sus pertenencias y agradeció a personal del PGA Tour la atención recibida. Desde el cercano aeropuerto de San Antonio cogió un avión con destino a su casa, en Orlando.
“Es muy decepcionante, pero tengo que pensar en que quedan solo quince días para Augusta y tengo que estar recuperado. No es una lesión de la que preocuparse, porque se ha producido más por fatiga muscular que por otra cosa”, comentó el jugador. “No había ninguna razón para seguir sufriendo, así que informé a Dustin y a Jim de que no podía seguir”. Este traspié ha provocado un cambio de planes en la agenda del norirlandés, que no tenía previsto viajar al Houston Open el próximo fin de semana, pero que finalmente sí lo hará para preparar el primer grande de la temporada.
No es la primera vez que McDowell sufre una lesión en el tobillo izquierdo, aunque nunca había tenido tanto malestar como en esta semana: “He tenido problemas en este tobillo en el pasado, pero recuerdo poder rotar el tobillo hacia los lados. Esta vez no era así, el dolor era muy fuerte”. Mala pata para el europeo, que no ha tenido un comienzo de año soñado.