Pese a que el golf ha penetrado en muchos países en las últimas décadas todavía queda un largo camino por recorrer. China, sin ir más lejos, es uno de esos territorios donde la práctica del golf entre la población es una rara avis, un deporte sobre el que aún pesa el estigma de actividad elitista que solo puede ser realizado por la alta burguesía.
Hace unos días, el Ministerio de Tierras y Recursos Naturales de China informó que 66 campos de golf habían sido cerrados por el presidente Xi Jinping, que está retomando la dura postura que tenía el país asiático hace unos años contra este deporte. Mao Zedong ya prohibió el golf en 1949 debido a su imagen de “deporte para millonarios y élite burguesa”, aunque estas prohibiciones se hicieron menos restrictivas en los años posteriores.
Mientras que la nación ha evolucionado hasta convertirse en una de las grandes potencias económicas mundiales, el ocio ha crecido al unísono, encontrándonos en la actualidad con más de 360.000 chinos que juegan regularmente al golf. En 2004 había menos de 200 campos en todo el país, y ese número ha aumentado exponencialmente hasta los más de 600 que nos encontramos a día de hoy. El gobierno chino quiere atajar el problema de raíz, porque la rápida construcción de campos de golf “ilegales” está siendo vista como una amenaza importante para el país asiático, que está tratando de aferrarse a las tierras agrícolas para apoyar su creciente población.
La campaña contra el golf es parte de la estrategia de Xi para poner fin a la cultura de la corrupción y el despilfarro de los funcionarios gubernamentales chinos, muchos de los cuales practican este deporte. Sin ir más lejos, el mismo día que muchos de los campos fueron clausurados, Wang Shenyang, un hombre fuerte dentro del Ministerio de Comercio, fue sorprendido disfrutando con sus palos en uno de los complejos.
Resulta irónico que Tiger Woods firmara un acuerdo por valor de 16,5 millones de dólares para rediseñar dos campos de golf solo días antes del cierre de los 66. Además, China es sede de muchos torneos de alto perfil, incluyendo la Copa Mundial de la ISPS Handa de Golf y el WGC-HSBS Champions y esta misma semana el Shenzhen del European Tour, que atraen a los mejores golfistas del mundo. Xi tiene una larga batalla que librar si quiere desacreditar este deporte.