Steve Stricker se ha hecho con el Hyundai Tournament of Champions, torneo que abre la temporada reservado a los vencedores el último año en algún torneo del PGA Tour. El jugador nacido en Edgerton, Wisconsin, impuso su condición de jugador de mayor rango en el campo desplegando simplemente su mejor juego.
Stricker lo ha logrado con una última ronda de 69 golpes, para un acumulado de -23 y con tres impactos de ventaja sobre el escocés Martin Laird y con cuatro sobre sus compatriotas Webb Simpson y Jonathan Byrd.
Al igual que la ronda anterior Stricker no tuvo un buen comienzo, finalizado el hoyo 6 el estadounidense veía reducida su ventaja de cinco golpes a tan solo uno con respecto a Laird, todo ello debido al bogey de Stricker en el 6 y a los aciertos traducidos en birdies por el escocés en los hoyos 3, 4 y 5.
Pero el susto se quedó ahí, en el tee del 7, ya no hubieron más errores y cayeron cinco birdies, dos en la recta final del recorrido, suficiente para la victoria.
Stricker pudo contener las lágrimas en esta ocasión, algo que suele ser habitual después de un triunfo, “Fue difícil, siempre es difícil tratar de ganar y aún es más difícil cuando se tiene una ventaja como la que tenía yo. Estoy muy orgulloso de lo que hice hoy”, declaraba el jugador nada más finalizar el torneo.
Esta es la duodécima victoria de Steve Stricker en el PGA Tour, la novena desde que cumplió 40 años (cumplirá 45 el próximo 23 de febrero) y la octava en su últimos 50 torneos disputados, suma 1.120.000 dólares (unos 875.000 euros) y asciende hasta el quinto puesto en el ranking mundial, números algo más que envidiables.