Al bueno de Rory le llegan meses de trabajo. Mayo y junio se alinearon para privarle de la operación bikini pero, a cambio, contará con muchas horas sobre la hierba del campo de golf. Y es que en estos momentos se encuentra disputando el Wells Fargo Championship de Charlotte, la semana que viene hará lo propio con el BMW PGA y después de esto le llegará el turno al Abierto de Irlanda, donde actúa como maestro de ceremonias.
Una agenda tan apretada que ha provocado su renuncia en el Memorial, el torneo organizado por Jack Nicklaus de comienzos del próximo mes. Una decisión difícil, pero que tenía que tomar el norirlandés. Ahora bien, en lugar de hacer las cosas mal con agentes de por medio o con una breve llamada telefónica, el número uno mundial decidió mandarle una carta al propio “Oso Dorado” para comunicarle de su puño y letra la decisión adoptada.
McIlroy se disculpó por su ausencia este año en el Muirfield Village de Ohio, un torneo que “ama” y en el que le encanta participar, y envió la carta hace unas semanas. Casualidades del destino, este pasado lunes coincidieron pasado y presente del golf en el Bears Club (Florida), donde ambos tienen su residencia habitual, y salió a relucir la epístola como tema de conversación. “La primera cosa que Jack me dijo es que había recibido mi carta. Le comenté que prefería eso a una mera llamada o un aviso al circuito. Parecía bastante alegre por haberla recibido. Me hizo sentir bien”, comentó a los periodistas.
Así pues, McIlroy no ha ofendido a nadie y además ha quedado como un caballero. Ahora, el golfista europeo podrá concentrarse al cien por cien en defender la corona y preparar con las máximas garantías su asalto del próximo mes en el US Open, que se disputará en el Chambers Bay de Washington. De momento, la primera piedra es el Wells Fargo donde, tras la segunda jornada, ocupa la quinta posición (-7), a tres golpes de los líderes del torneo, los estadounidense Robert Streb y Webb Simpson.