El Wells Fargo Championship no estaba marcado en rojo en su agenda a principio de año pero el mes pasado se dijo que «necesitaba jugar un poco más» pues sentía que «estaba jugando bien» y acertó de pleno. Rory McIlroy se adjudicó el torneo en el Quail Hollow, precisamente en el mismo lugar donde ganó su primer título en el PGA Tour.
El mejor jugador del planeta comenzó el domingo con una ventaja de cuatro golpes que aumentó hasta siete gracias a una ronda final de 69. Su acumulado de 267, 21 bajo par, en 72 hoyos rompió el record de puntuación del torneo en cinco golpes en posesión hasta este domingo de Anthony Kim.
Además McIlroy estableció un nuevo record de birdies en la semana, 27. Lideró el promedio de distancia con el driver desde el tee (321,1) y fue segundo cazando greenes, 56 de 72. A todo esto no hay que olvidar los 61 golpes del sábado estableciendo un nuevo record en el campo.
Rory McIlroy aventajó en siete golpes a los estadounidenses Patrick Rodgers (68) y Webb Simpson (69) y en nueve a Gary Woodland (67), Robert Streb (71) y Phil Mickelson (68).
La racha del número uno del mundo en sus cinco últimas apariciones es simplemente fantástica. Primero en el Wells Fargo esta semana; octavo en The PLAYERS; campeón en el Cadillac Match Play de las series mundiales; cuarto en el Masters y undécimo en Bay Hill y en los últimos diez meses ha conquistado los citados Wells Fargo y Match Play el US PGA Championship, el Bridgestone, también de las series mundiales, y el Open Championship.
McIlroy es ahora Nº 3 en la FedEx Cup después de entrar en el Masters en el puesto número 151. «Todavía hay un largo camino por recorrer en eso, pero siempre es bueno ver tu nombre en la parte superior«, dijo.