No hubo reacción del otrora mejor golfista del mundo. La primera jornada del Memorial Tournament sólo sirvió para confirmar que Tiger no vive su mejor momento, ni personal ni deportivamente. El californiano no recobró sus históricas buenas sensaciones en el Muirfield Village de Dublin (Ohio) –donde ha conseguido la victoria en cinco ocasiones– y acabó entregando una tarjeta de un golpe sobre el par. Un resultado nada alentador que, sin embargo, podría haber sido mucho peor para el norteamericano, y es que Woods comenzó firmando un +4 tras la disputa de sus nueve primeros hoyos.
El que estaba destinado a ser uno de los grandes partidos de la jornada se acabó convirtiendo en una de las grandes decepciones de la temporada. Jason Day, Patrick Reed y Tiger Woods saltaban a la hierba desde el hoyo diez para marcar, desde bien pronto, el ritmo que debía seguir el Memorial Tournament. Sin embargo, se produjo el efecto contrario.
Con un Jason Day pasando desapercibido -2 birdies y 2 bogeys en el día de ayer- y Patrick Reed desaprovechando los putts –también acabo en el par–, todas las miradas se centraron en Tiger, que no tuvo su mejor día. 2 birdies, 4 bogeys y un doble bogey. Esta fue la carta de presentación del deportista de 39 años en su lucha con los 9 primeros agujeros.
Woods se enfrentaba a su quinto evento de la temporada –segundo tras la disputa del Masters de Augusta– y se pudo apreciar con más detenimiento el cambio de swing que el 172 del mundo ha experimentado desde su vuelta a los campos.
Ahora bien, el resultado no fue el esperado por él: “Yo sólo estoy tratando de seguir comprometido con aquello en lo que hemos estado trabajando durante tanto tiempo. He pegado horrible, sí. ¿Y qué? Tengo que pasar esta fase hasta acostumbrarme a ello”, afirmó Tiger ante los medios de comunicación. “En estos momentos me encuentro muy bien físicamente. Es en el plano anímico donde siento que estoy peor”, concluyó.
Las posibilidades de que Woods pueda salir victorioso aquí parecen remotas si tenemos en cuenta que está a nueve golpes de la cabeza del torneo, comandado por el norteamericano Bo Van Pelt y el japonés Hideki Matsuyama, defensor del título. Y todo esto a dos semanas del comienzo del US Open y con una necesidad imperiosa de conseguir puntos por parte de Tiger. Su cuenta atrás ha comenzado con un traspié.