Jordan Spieth fue capaz de domar a Chambers Bay esta semana para ganar su primer US Open. Seguro que es de los pocos golfistas que ha acabado disfrutando sobre la hierba de este retorcido campo, criticado por muchos semanas antes incluso del comienzo del campeonato. Algunos de ellos se han dejado oír tras acabar sus respectivas rondas, criticando a la USGA –Asociación de Golf de los Estados Unidos– por permitir a este complejo ser sede de uno de los eventos más importantes del mundo.
Es el caso de Lee Westwood, que se despachó a gusto en su cuenta de Twitter: “Bogeys, doble bogeys… ¿Qué hace la USGA? ¿Estamos todavía a tiempo de cerrar esto y ver otra cosa?”, comentario que eliminó pasados unos minutos y que también iba en la línea de lo escrito en esta misma red social por Sergio García días atrás: “Creo que un campeonato de la talla del US Open merece superficies de mayor calidad que las mostradas por Chambers Bay”.
Cuando finalizó el campeonato y ya en rueda de prensa, los medios intentaron sonsacarle a Spieth su opinión respecto a este campo del noroeste norteamericano, pero el texano supo sortear la respuesta para encaminarla a su terreno: “Hemos bromeado mucho acerca de por qué a los equipos de la NFL –liga de fútbol americano de Estados Unidos– no les gusta venir a jugar a Seattle. Estos aficionados son impresionantes, increíbles. Tenerlos de nuestro lado esta semana y oír a la multitud gritar con cada uno de nuestros golpes ha sido una sensación extraordinaria. Aprecio el apoyo de todo el mundo”. En realidad fue todo un caballero, porque él no se consideraba nadie para acallar las críticas de un plumazo o, al contrario, condenar al campo al ostracismo.
¿Qué opinión tiene, pues, de este complejo? Nunca lo sabremos. Lo que sí que conocemos es que la vuelta de tuerca que ha sufrido el complejo sí que ha tenido mucho que ver en la victoria del norteamericano. En su ronda final realizó 35 putts –1,94 por hoyo–, una actuación muy diferente a la vivida en Augusta, donde tuvo 28 putts en la ronda final y un promedio de 27 en las tres primeras.
Pese a las críticas, el US Open’15 no ha decepcionado a nadie, y es que tener empatados en la primera posición -antes de la ronda final- a cuatro golfistas de la talla de Spieth, Day, Grace y Johnson no está al alcance de muchos eventos. El tiempo podrá las cosas en su sitio, y lo que hoy conocemos como “la carnicería de Chambers Bay” el día de mañana será recordado como el lugar donde Jordan Spieth dio su segundo paso en su afán por entrar de lleno en la historia del golf.