Los aficionados al golf de cierta generación estarán conmocionados y entristecidos por la noticia de que Peter Oosterhuis, el gran baluarte del juego europeo en la década de los 70, esté luchando contra el Alzheimer a la temprana edad de 67 años.
Lo dice prácticamente todo de Oosty, como se le conocía cariñosamente, que su primer paso tras conocer su enfermedad haya sido manifestar su determinación de desempañar una parte importante en la concienciación sobre esta afección neurodegenerativa. Hace dos meses y medio sorprendió a todos despidiéndose de su trabajo como analista de juego para la CBS. Hoy, por desgracia, conocemos la terrible razón que le llevó a tomar tal decisión.
En su faceta de comentarista Oosty se mostraba como un hombre con un amor terrible hacia el golf, con una amplitud de conocimientos grandísima. Como jugador, él mantuvo al viejo continente durante los 70, cuando el reinado norteamericano parecía no conocer fin, lo que le llevó a conseguir durante cuatro años consecutivos, desde 1971, la Orden del Mérito Europea. En los Majors terminó segundo en el British en dos ocasiones y en 1973 se convirtió, con su cuarto puesto, en el primer jugador británico en terminar en el Top 10 en el Masters de Augusta.
Una carrera rodeada de éxito que tuvo en la Ryder Cup su reinado. Es allí donde se destapó como gran golfista, como cuando en 1977 ejerció de compañero de fatigas de Nick Faldo en su debut en Lytham. Ese año Europa solo logró 7 ½ puntos, pero ellos dos contribuyeron con los cuatro puntos que podían conseguir. En aquel entonces los estadounidenses se tomaban la Ryder como un paseo rutinario cada dos años, pero Oosterhuis era una luz brillante en la oscuridad. Desde su debut nadie pudo derribarle en los seis partidos individuales que disputó.
Ahora, el golfista inglés deberá hacer frente al partido más importante de su carrera, y se ha propuesto como objetivo no rendirse, aunque el rival sea fuerte y le lleve unos golpes de ventaja.