El Old Course de St. Andrews fue testigo de la segunda victoria de Seve Ballesteros (1984). En esa edición, la 113º, el genio de Pedreña finalizaba primero con 276 golpes y dos de ventaja por delante de Tom Watson y Bernhard Langer. La imagen de Seve sacando el puño en el hoyo 18 después de anotar el último birdie dio la vuelta al mundo, fue un gesto tan importante que más tarde se quedaría como marca comercial del gran campeón.