Phil Mickelson estaba cuajando una extraordinaria jornada el lunes. Marchaba con seis bajo par, para un total de -10, a dos golpes de la cabeza de la clasificación en esos momentos. Se enfrentaba al hoyo 17, con la esperanza de que si era capaz de hacer dos buenos hoyos finales todavía tenía opciones de disputar el título. Sin embargo, la salida desde el tee del hoyo 17 le condenó definitivamente. Cerró demasiado la bola (es zurdo) y ésta acabó en el balcón de una de las habitaciones del hotel del complejo. Mala suerte para Lefty.





