Pocos datos salen a la luz sobre la salud de Rory McIlroy. Desde que se produjera la rotura en el ligamento de su tobillo izquierdo hace ya un mes son pocas las personas que conocen realmente sus preocupaciones e inquietudes. El golfista norirlandés no quiere dar pistas de cuándo podría reincorporarse a los torneos, aunque ya afirmó que no volvería a pisar la hierba de un campo de golf hasta que no estuviera listo al cien por cien.
Numerosos especialistas en la materia apuntaban que la recuperación del deportista europeo oscilaría entre los dos y los tres meses, con lo que podría perderse el resto de la temporada. Sin embargo, un reciente informe de Reuters afirma que ésta va por tan buen camino que no sería extraño verle coger los palos antes de lo previsto.
Reuters informa de que Rory McIlroy volará a Whistling Straits (Kohler, Wisconsin), la sede en la que tendrá lugar la próxima semana el PGA Championship, el sábado para realizar una ronda de práctica. El agente del jugador no quiso ni confirmar ni desmentir la noticia, así como un empleado del complejo, que comentó que tampoco estaba autorizado para dar a la agencia ese tipo de información. Aunque ya conocen el refrán, cuando el río suena…
A pesar de perderse el último mes de competición debido a una lesión, McIlroy sigue ostentando la vitola de número uno mundial del golf, algo que podría cambiar esta semana en el caso de que el estadounidense Jordan Spieth consiguiera la victoria en el WGC-Bridgestone que se disputará en el campo de Firestone (Akron, Ohio). El texano perdió la oportunidad de lograrlo en St. Andrews, pero no querrá desperdiciar una nueva ocasión para coronarse rey de este deporte por primera vez a sus 22 años.
Ahora, a escasos días para el cuarto Major de la temporada todos se hacen la misma pregunta, ¿va Rory en serio a probarse para jugar o es una simple etapa más en su puesta a punto? En pocos días conoceremos la respuesta.