
Es la imagen destacada en la tercera jornada del US PGA Championshisp. La de un enrabietado Jason Day después de transformar su putt en el hoyo 17 desde una distancia de casi 8 metros. El australiano, que venía de anotar un doblebogey en el 15, apretaba los puños y gritaba al cielo en una explosión de alegría sabiendo que ese golpe puede ser decisivo de cara al desenlace final.





