A lo largo de este 2015 hemos sido testigos de algunas proezas dentro del campo de golf. Jugadores que consiguen tres hoyos en uno en la misma ronda, otros que convierten aces desde pares 4 e incluso algún profesional que, sin haber hecho ninguno en toda su carrera deportiva, realiza dos en el mismo día, como el norteamericano Brian Harman hace sólo unas semanas.
Pero lo que ha sucedido estos días en suelo europeo no tiene comparación con lo vivido anteriormente. Ocurrió sobre la hierba del Royal Norwich Golf Club durante un partido de la liga de discapacitados de Norfolk.
Allí, dos jugadores se encontraban disputando tranquilamente un partido Match Play 2vs2 cuando, estando en un par 3 de unos 125 metros, Aaron Sadletton hizo un golpe perfecto desde el tee de salida para mandar la bola rodando hasta el agujero. Hasta aquí todo normal.
El jugador amateur se encontraba feliz por la hazaña y dispuesto a anotarse el hoyo. Su contrincante en el partido Marcos Avis necesitaba embocar para conseguir el empate en este par 3… Y lo hizo. La bola salió despedida de su palo con rabia y al llegar a green fue girando mansamente hasta la meta.
“Todo el mundo comenzó a dar palmas y a animar de repente”, reconoció Morgan Thompson, asistente profesional en el club de golf, que en esos momentos se encontraba trabajando en la tienda. “Ni ellos ni ninguno de los presentes podía creer lo que acababa de suceder. Era la primera vez en mi vida que veía una cosa así. El promedio de hoyos en uno en este campo es bajo, estamos hablando de uno cada seis meses, más o menos”, concluyó el empleado.
La casa de apuestas Paddy Power se apresuró enseguida a calcular las probabilidades de que dos jugadores amateur acertaran dos aces consecutivos en el mismo agujero. ¡25 millones a uno! Una hazaña que en el complejo británico tardarán mucho tiempo en olvidar.