A sus 53 años Sean Fister es toda una leyenda del golf, y tiene mérito. El norteamericano no se ha prodigado mucho por el circuito profesional –de hecho no ha sido jugador profesional en su vida-, pero todo el mundo le conoce. Es una estrella allá por donde va. ¿El motivo? Ha sido tres veces campeón mundial del campeonato de larga distancia con el driver.
Sólo Jason Zuback posee más mundiales que Fister, pero su récord está a buen recaudo. Y es que la pasada semana “la Bestia”, como es conocido en los eventos de este tipo, ha comunicado que se retira, que deja vía libre a las nuevas hornadas de cañoneros.
Hace unos años este golpeador nato era entrevistado por Golf Digest, y reconocía lo difícil que era para él jugar en un campo normal. “No estoy acostumbrado”, decía. “Puede parecer increíble que una persona que golpeó con un driver 426 metros te diga esto, pero para mí es muy difícil jugar como lo hace el resto de la gente”.
Para que se hagan una idea el par 5 del hoyo 18 del Jack Nicklaus GC Korea, la sede en la que se está disputando la Presidents Cup, tiene una distancia de 495 metros. Es decir, que Sean Fister, con un disparo así, podría quedarse a las puertas del green desde la salida. Una auténtica locura.
Sin embargo, eran otros tiempos, como él mismo se encargó de apuntar. “Es una profesión dura, con continuas lesiones y problemas que se acentúan cuando vas teniendo una edad”. A través de su cuenta de Twitter anunciaba lo que muchos venían comentando en pequeños círculos desde hace unos meses: su retirada. “Estoy oficialmente retirado del campeonato mundial de distancia con el driver después de 29 años. El cuerpo ha dicho basta”, sentenció en un pequeño mensaje.
Fister, que vive en Carolina del Sur, dispondrá ahora del tiempo necesario para compaginar su trabajo como instructor de golf y conferenciante con la de su nuevo negocio: fabricante de drivers. ¿Quién mejor que un tricampeón del mundo para saber lo que necesita un palo como éste?