El jugador norteamericano sigue recuperándose poco a poco de la delicada operación de espalda a la que se sometió el pasado 15 de septiembre. La microdiscectomía llevada a cabo por el doctor Charles Rich en el Park City Medical Center de Utah fue todo un éxito, pero ahora queda la parte más dura, aquella que sólo depende de uno mismo: la de volver a ejercitar con mimo la zona para que en unos meses el calvario de dolor de Tiger sea historia.
Aunque, casi con toda seguridad, no se van a seguir los plazos que en su momento dictó Tiger. Él tenía previsto reaparecer en competición oficial sobre un campo de golf las primeras semanas de 2016, pero todo parece indicar que le llevará más tiempo.
El norteamericano no se moja en cuanto a fechas, durante su visita a la Bridgestone America’s Golf Cup -evento en el que tenía que haber tomado parte junto a Matt Kuchar- en Méjico simplemente comentó que “la recuperación es tediosa y larga”, pero ya hay gente que pone la mano en el fuego porque el ex número uno mundial no volverá hasta el Bay Hill Invitational de marzo, el Masters de Augusta de abril e incluso están los que afirman que se pasará un 2016 en blanco.
“Algunos jugadores del circuito se han sometido al mismo procedimiento y en unos meses han estado listos para volver de nuevo a la rutina”, comentó Tiger. Woods, a sus 39 años –cumplirá 40 el próximo 30 de diciembre-, sigue teniendo entre ceja y ceja el récord de Majors conseguido por Jack Nicklaus y no se rendirá tan fácilmente: “Tengo muchas ganas de poder llegar a los 18 –en la actualidad ostenta 14-, pero para ello necesito estar sano de nuevo. Esta pasada temporada intenté jugar después de la primera cirugía de espalda y no fue divertido porque el dolor era insoportable”.
Ya sea antes o después, los aficionados al golf sólo esperamos que su vuelta esté cargada de éxito y pueda deleitar al respetable con alguna de esas actuaciones a las que nos tenía tan acostumbrados antaño.