Se ha vuelto peligroso salir a tirar unas bolas al campo de golf. Si hace unos días era una pareja de amigos la que tuvo que huir a la carrera de un canguro furioso, ahora es un zorro el que se empeñó en alegrarle la mañana a este grupo de gente. Y no es porque el animal quisiera atacarles. Nada de eso. El simpático mamífero tenía ganas de jugar y, aprovechando el despiste generalizado, intentó en varias ocasiones –sin éxito- robar la cubierta de la cabeza de uno de los palos. La astucia le sirvió de poco esta vez al cánido.