Desde hace tiempo multitud de campos de golf aprovechan las distancias entre los distintos hoyos para contar un poco de historia –si procede- sobre hechos que ocurrieron en ese mismo lugar hace ya unos cuantos años.
Y no, no estamos hablando de la típica placa que reza algo así como “desde este lugar Jamie Donaldson dio el punto definitivo a Europa para la consecución de la Ryder Cup de 2014” o la que pone a prueba a los golfistas con desafíos como la que hay en Chambers Bay. “Intente superar a Dustin Johnson convirtiendo el putt que él erro para ganar el US Open de 2015”, como aparece en el complejo situado en el estado de Washington. Hablamos de momentos o batallas históricas sobre ese suelo.
Es una buena forma de aprender historia de un modo ameno, en un paraje envidiable y “a trazos”, pues puede pararse a leer un poco tras cada hoyo jugado. Pero, ¿qué ocurre cuando los acontecimientos que están narrando en una placa o escultura no ocurrieron nunca? Es el problema que tiene en estos momentos entre manos Donald Trump, según apunta el diario estadounidense New York Times.
El precandidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos cuenta entre los hoyos 14 y 15 del Trump National Golf Club de Virginia con una escultura que homenajea a los soldados que perdieron la vida en una batalla de la guerra civil norteamericana, y dice lo siguiente: “Muchos grandes soldados estadounidenses, tanto del norte como del sur, murieron en este lugar. Las bajas fueron tan grandes que el agua se tornó roja y a partir de entonces fue conocido como ?El Río de Sangre?. Es para mí un gran honor haber conservado esta importante sección del río Potomac”.
The Times se puso manos a la obra y tras analizar los datos con varios historiadores de la zona, todos concluyeron que ahí no se disputó tal batalla. “No, de ninguna manera. Nada de lo que está contando pasó ahí”, afirma Richard Gillespie, director ejecutivo de la Asociación por el Patrimonio del Área de Mosby. “Lo más parecido que está describiendo Trump fue una batalla a 17 kilómetros, que tuvo lugar en 1861. Pero, ¿el Río de Sangre? Eso no existe”, continuó.
Y Donald Trump contraatacó tras hacerse eco de las afirmaciones de los historiadores: “¿Qué van a saber ellos lo que pasó en ese lugar hace ya varios siglos? ¿Acaso estuvieron allí?”.