El golfista y su esposa se dirigieron la noche del 17 de diciembre al Quicken Loans Arena de Cleveland para seguir en directo el partidazo del jueves en la NBA que enfrentaba a los Cleveland Cavaliers y los Oklahoma City Thunder. Cogieron algo de bebida y enseguida ocuparon los dos asientos a pie de pista que habían reservado. Unos sitios que, por otra parte, conllevan un peligro adicional. Sí, la acción se ve desde primera línea, pero hay un alto riesgo de que uno de los jugadores caiga con todo el peso de la ley sobre ti.
No suele suceder mucho… Pero ayer fue el día. El partido estaba igualado y un balón dividido que se escapaba por la línea de fondo provocó que Lebron James intentara salvarlo por todos los medios con la mala fortuna de que, además de que no consiguió su propósito, se llevó por delante a una de las personas que estaba sentada en esa posición, cerca del banquillo del conjunto local.
Esa persona era Ellie Harvey, mujer del golfista australiano. De hecho, el deportista se libró por los pelos ya que, como puede apreciarse en las imágenes, logró apartarse a tiempo del impacto del jugador franquicia de los Cavaliers. Y es que no debe ser plato de buen gusto que una persona de 2,03 metros de altura y más de 110 kilos de peso impacte contra uno en plena carrera.
Tanto el personal médico como el de seguridad acudieron rápidamente al encuentro de Harvey, que se encontraba dolorida en el suelo –como para no estarlo-. Inmediatamente, fue subida a una camilla, se le inmovilizó el cuello y se le trasladó al hospital, donde fue sometida a diversas pruebas para descartar lesiones de gravedad.
Eso sí, The King siguió a lo suyo. El alero de Akron anotó 33 puntos, repartió 11 asistencias y capturó 9 rebotes en la victoria de Cleveland por 104-100. Tras el partido, Lebron tuvo tiempo para disculparse en las redes sociales: “¡Ellie Day espero que estés bien! ¡Lo siento! Espero que volváis a visitarnos pronto. LB”. Aunque primero tendrá que recuperarse del susto.