Los ladrones no se toman vacaciones, y mucho menos si sus víctimas se despistan. Pese a los consejos de los empleados del campo para que los jugadores no pierdan de vista en ningún momento sus pertenencias, muchos de los golfistas amateur hacen caso omiso de estas palabras. Y después llegan los sustos.
La policía de los condados de Forsyth y Sala, ubicados en el área metropolitana de Atlanta (Georgia), da buena fe de esto, ya que han tenido constancia de que un grupo coordinado de ladrones se encargaba de colarse campo por campo para aprovecharse de las distracciones de los usuarios. Carteras, bolsos… ¡y hasta anillos de boda! Cualquier cosa que hubiera por encima era del agrado de estos cacos, que perpetraban sus fechorías mientras los jugadores se encontraban golpeando la bola.
“Es desconcertante lo audaces que son. Van a pie de campo, estudian a sus víctimas y, en un visto y no visto, son capaces de dejarte sin nada”, confirmó Terri Chandler a Channel 2 Action News. Chandler, una víctima más de esta plaga de robos, se encontraba jugando al golf en el condado de Hall mientras tenía todas sus pertenencias en el buggy, a escasos metros de donde se encontraba.
Cuando regresó al vehículo para hacer una llamada por teléfono se dio cuenta de que estaba su bolso, pero no así las tarjetas de crédito, las llaves, el teléfono o su anillo de bodas. Y lo puso en conocimiento de la policía, que le informó de que no era el único afectado.
“Tenemos constancia de cinco casos de robo en los campos de golf de los condados de Hall y Forsyth desde que comenzó el año, un dato alarmante”, informó un investigador de la policía de Oakwood. “Estas personas rehúyen el contacto físico y, de hecho, si son descubiertos salen corriendo a toda velocidad, como sucedió en uno de los últimos casos, cuando un testigo sorprendió a uno de ellos e intentó atraparlo”, continuó.
De momento, la investigación continúa, aunque ya hay un detenido. Se trata de Thomas Sebrell, de 64 años, que según la policía utilizaba las tarjetas de crédito robadas para comprar productos tecnológicos como Playstation, Xbox o televisores de grandes dimensiones.