El número uno del mundo arañó un quinto puesto el fin de semana en la disputa del Abu Dhabi HSBC Golf Championship disputado en la capital del emirato. El estadounidense, que tomó un vuelo directo desde Hawai tras conseguir la victoria en el Hyundai Tournament of Champions, acusó en exceso la ronda del viernes –en la que se marchó a Casa Club con un golpe sobre el par- y acabó sucumbiendo a la regularidad impuesta por su compatriota Rickie Fowler.
Bueno, a decir verdad, no sólo la segunda jornada fue clave en su trayectoria en el evento del European Tour. El cansancio también ha sido un factor determinante, como él mismo reconoció a Golf Channel tras sus últimos 18 hoyos. “Estamos sometidos a una especie de paliza física y mental”, bromeó ante los medios. “Físicamente no nos encontramos todavía al cien por cien y eso se nota en algunos momentos del torneo. Lo cierto es que esta semana, desde el primer día que llegué, me encontré un poco débil”.
Y no es para menos. La escala Maui (Hawái)-Abu Dhabi (Emiratos Árabes Unidos) se realiza en torno ¡a las 30 horas de vuelo! Y aquí no acaba todo. El joven golfista texano estará el próximo jueves en el tee de salida del SMBC Singapore Open, con lo que deberá de añadir otras ocho horas de viaje aéreo a sus espaldas. Una y no más, ha debido pensar Spieth, que ya ha dejado caer la posibilidad de que el año que viene no repita en estos dos torneos.
“Después de esta semana volveré al calendario del PGA y entonces evaluaré cómo afrontar el comienzo del próximo año. La idea inicial era participar también en 2017 en Singapur, pero es una decisión que ha de meditarse”, aclaró.
Lo que sí que es cierto es que tanto viaje no es la mejor manera de empezar un exigente año, “una temporada que acumulará torneos y torneos desde el próximo US Open hasta la Ryder Cup”, como afirmó el propio Rory McIlroy. “Viviremos golf del más alto nivel desde junio a septiembre”, puntualizó el norirlandés. Y razón no le falta. Majors, Juegos Olímpicos, Ryder Cup… nunca un año había dado tanto de sí.