Cierto es que el golfista de Huntsville (Alabama) no ha vencido en un torneo desde que se llevara la Jarra de Clarete en el año 2009, pero todavía tiene guardado en la chistera algún que otro golpe para el recuerdo. Y si no que se lo digan a los espectadores que asistieron la noche del martes al pabellón de la universidad de Georgia Tech –la que fuera su alma mater-, donde en el descanso del partido de baloncesto que enfrentaba a los Yellow Jackets contra Duke ocurrió una de esas cosas que sólo pasan en las películas.
Cink debía convertir un putt desde una distancia de 85 pies, unos 26 metros,–todo el largo de la pista- para ayudar a un estudiante a conseguir un premio de 25 mil dólares. Dicho y hecho. La bola comenzó a rodar y se introdujo en el agujero situado en el otro extremo de la cancha.
.@stewartcink is a LEGEND! ?????? pic.twitter.com/6Q3P7Rw1Va
— Georgia Tech Sports (@GTAthletics) febrero 3, 2016