Por poco no tuvimos un disgusto durante la segunda jornada del Honda Classic. Jason Bohn, el estadounidense biganador en el circuito norteamericano que se encontraba esta semana jugando sobre la hierba del PGA National, sufrió un amago de infarto al término de la ronda del viernes.
El golfista de 42 años logró 71 y 72 impactos durante las dos primeras vueltas –tres por encima del par- y había conseguido la puntuación necesaria para pasar junto a los mejores a los dos últimos días.
Sin embargo, un dolor de pecho repentino le hizo visitar al cuerpo médico del PGA Tour que se encontraba a pie de campo, quienes llamaron de inmediato a una ambulancia para trasladarlo al Palm Beach Gardens Medical Center ante lo que eran síntomas inequívocos de un infarto inminente.
Eso sí, el norteamericano no estuvo solo en ningún momento, pues sus padres le acompañaron al hospital, mientras su mujer se marchó con sus dos hijos a la casa familiar de Atlanta.
La agencia de noticias Associated Press confirmó la noticia, amén de aseverar que el deportista permanecería la noche del viernes bajo observación a la espera de que el sábado pudieran realizarle más pruebas para determinar su estado. Así pues, Bohn no tuvo más remedio que despedirse del torneo.
Preguntado por esta circunstancia, Johnson Wagner –quien compartió partido con él durante las dos primeras jornadas- afirmó ante los micrófonos de ESPN que Bohn pareció estar perfectamente durante las primeras horas del evento: “Los dos últimos días nos hemos reído mucho. Es a lo que Jason nos tiene acostumbrados. Es muy divertido estar con él porque es como jugar al golf con un gran amigo. No daba síntomas de que pudiera sufrir ningún tipo de dolencia”, confirmó.