Esta historia podría haberse dado en cualquier lugar del mundo. Cualquiera que tenga un hándicap alto y se adentre a jugar un día en el campo de golf está expuesto a que alguna vez le ocurra algo de esto –aunque las posibilidades, sinceramente, son de lo más bajas-. No hablamos de que dicha persona consiga un birdie, ni un eagle, ni tan siquiera un hoyo en uno… Hablamos de que un jugador con unas destrezas más bien limitadas –ni siquiera el protagonista ha querido confirmar su hándicap real- ha logrado dos aces ¡en la misma ronda!
De acuerdo con los datos que maneja golfdigest.com, lograr esta hazaña en la misma jornada cuenta con unas posibilidades de éxito de 162 millones a uno –y esto por no añadirle unos cuantos millones más por tratarse de un amateur-. Para poner en perspectiva esta proeza, un hito así solo ha ocurrido en tres ocasiones a lo largo de toda la historia del PGA Tour, con Brian Harman consiguiéndolo por última vez en el Barclays de 2015. Así que háganse una idea.
Todo ocurrió la pasada semana, cuando Gregory P. Shaugnessy, nuestro protagonista, fue invitado a jugar una ronda en el Rockville Links Club neoyorquino por su vecino y amigo Ryan Byrne. La jornada estaba transcurriendo tranquila, un bogey por aquí, una bola perdida por allí… hasta que se enfrentaron al hoyo 5. “Disparé con un hierro 7 desde unos 123 metros y la emboqué. Me hizo reír un poco, porque estaba teniendo un día bastante malo hasta el momento. Fue una sensación muy buena, porque fui capaz de compartirlo con uno de mis mejores amigos”, reconoció.
Pero no se detuvo aquí la fiesta. Solo cinco banderas después, en el 10, volvió a ocurrir. “Esta vez usé un hierro 9, la bandera estaba en una zona elevada a no más de 96 metros. Nadie podía ver donde había acabado la bola. Estuvimos buscándola un buen rato hasta que se me ocurrió comprobar el agujero… Estaba allí”, admitió.
Sin embargo, este afortunado jugador no podrá guardar estas dos pelotas en su vitrina de trofeos. ¿La razón? Perdió ambas en cada una de las salidas siguientes, en las de los hoyos 6 y 11. “Todo el tiempo estuve bromeado con Ryan sobre las posibilidades de lograr dos hoyos en uno en la misma ronda… ¡Pero lograrlos y perder las bolas en el siguiente golpe son muchísimo menores!”, concluyó Shaugnessy.
Este hombre tuvo un día a pedir de boca porque, además, se libró de pagar la ronda de después porque su amigo tenía una jornada laboral por delante. ¿Qué más se puede pedir?