Miguel Ángel Jiménez pasó de la alegría por su Hoyo en Uno en el 8 (noveno en el Tour Europeo) a la amargura en el 18, último de la jornada, a consecuencia de un salto de rana -la bola apenas avanzó un metro- con su tercer golpe y una cruel corbata desde poco más de medio metro.
Lo que podía haber sido un -3 en el total se quedó en un -1 lo que le dejó empatado con Eduardo de la Riva a cinco golpes del líder provisional, el francés Edouard Espana, tras entregar una cartulina en las que anotó 71 golpes.
El malagueño se lamentaba al término del día por esos dos golpes más en su marcador. «No era un golpe difícil, la bola no estaba mal colocada pero hice el movimiento muy rápido y eso provocó el fallo. En cuanto al putt, tenía como dos pies al hoyo y lo fallé. Ahora toca olvidar», declaró el español que fue premiado con 12 cajas de cerveza por su hazaña en el 8.
