Estalló la bomba Jim Furyk. El estadounidense de ‘swing’ imposible anotó un 59 (-12) en la segunda ronda del BMW Championship para liderar junto a Brandt Snedeker el penúltimo torneo de la serie final del PGA Tour.
Es el sexto 59 en la historia del PGA Tour y primero en su historial. Furyk hizo 11 ‘birdies’, un ‘eagle’ y un ‘bogey’. Rozó, pues, el 58. Hacía más de tres años (Stuart Appleby en la ronda final del Greenbrier Classic 2010) que no se producía semejante tarjeta.
Al margen del estallido de Furyk, algo está pasando en la elite del golf que aún no se ha explicado, pero que canta por los números: entre los líderes del BMW Championship, los estadounidenses Brandt Snedeker y Jim Furyk (¡hizo 59 golpes!), y el norirlandés Rory McIlroy, el cuarto mejor jugador del mundo y no ha tanto el número uno, distan ya la friolera de 24 golpes en solo 36 hoyos.
McIlroy está a la cola de los 70 mejores en este tercer torneo de los play-offs de la FedEx Cup que se disputa en Illinois, y va camino claramente de no pasar el corte de los 30 mejores para el último The Tour. Algo muy raro le ocurre a esta estrella emergente que desde que firmó el contrato multimillonario con Nike y cambió de material no da pie con bola.
No es normal estos 24 golpes de distancia. Snedeker, octavo jugador del mundo y con rondas de 63 y 68 golpes, comanda la acción con 11 abajo junto a Jim Furyk. McIlroy cierra la tabla con rondas de 78 y 77.
El que sí progresa paso a paso es Sergio García. Sus 68 golpes de la segunda vuelta le colocan con -4 y en el puesto decimotercero, en la zona de claro acceso a lo que sería su cuarta final de la FedEx.
Tiger Woods anotó una ronda sobre par (72) y con cautela sigue amenazante desde la misma posición que García. El sábado promete.
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