Hay jugadores… y jugadores. Eso es evidente. Algunos miran más por su interés personal que por el beneficio colectivo de todo un bloque, de todo un deporte. Esto se ha podido ver más que nunca en el último año, con la inscripción para disputar los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Unos, como el australiano Adam Scott –que recibió palos a lo largo y ancho del planeta por retirarse repentinamente de la cita carioca- prefirieron configurarse esa semana como de descanso después de una larga y tortuosa temporada; otros, como Bubba Watson, sabían que esta era una oportunidad única para hacer crecer el golf por todo el mundo y no dudaron en decir “sí” a su país.
Se le ha criticado mucho por su carácter, por su manera de dirigirse a sus caddies… pero hay algo por lo que nadie le podrá poner un punto sobre una i: su compromiso con el golf. Y es que en un calendario tan ajetreado –especialmente el suyo, pues la semana previa de los Juegos ya ha confirmado que defenderá el título logrado el pasado año en el Travelers Championship, que a su vez se disputa siete días después del PGA – ha sido capaz de cuadrarse todo para que el mundo entero pueda disfrutar del actual número 5 del mundo en la reserva de Marapendi.
“No puedo esperar para ir a Río”, confirmó recientemente en una entrevista. “Mi esposa fue jugadora profesional de baloncesto y se quedó fuera de los Juegos Olímpicos por culpa de una lesión de rodilla la única vez que tuvo la oportunidad de ir. Así que estoy deseando partir. Tendría la oportunidad de codearme con algunos atletas a los que estoy deseando conocer”, continuó.
El Zika es algo que no le preocupa lo más mínimo, puesto que tanto él como su mujer son padres de dos hijos adoptados debido a la imposibilidad de concebir por parte de la pareja. Así pues, el único problema al que se va a enfrentar en estas semanas previas el deportista de Bagdad (Florida) será el de estar dentro de los cuatro jugadores norteamericanos que se clasificarán para Río.
“Todavía quedan tres semanas de clasificación. En estos momentos soy el tercer estadounidense –tiene delante a Jordan Spieth y a al reciente ganador en Oakmont Dustin Johnson- y todavía hay tiempo para quedarme fuera”.
Posibilidades hay, pero sería muy difícil que algo así sucediera. Especialmente por la ilusión y las ganas con la que quiere afrontar el evento el golfista de PING.