Un putt de 3 metros en el hoyo 18 convirtió a Chris Kirk en campeón del Crowne Plaza Invitational. El golfista estadounidense puso así el colofón a cuatro días para el recuerdo, en los que la regularidad fue el factor determinante para la victoria en Fort Worth. 68, 69, 65 y 66. Estas fueron las cuatro rondas con las que el deportista americano cautivó al público que se dio cita en el Colonial de Texas. De esta manera, Kirk consigue su cuarto título en el PGA y levanta su primer torneo en este 2015, ocho meses después del Deutsche Bank Championship cosechado en septiembre.
De poco importó que no estuviera entre los favoritos. Menos aún que Jordan Spieth jugara en casa por primera vez desde su machada en el Augusta National. Kirk tenía un objetivo en mente y pretendía llevarlo a la práctica, aunque para ello tuviera que esperar hasta el fin de semana. Hasta entonces, el norteamericano se había limitado a probar el campo. Un tres bajo par los dos primeros días de competición –a siete golpes del por entonces líder, su compatriota Kevin Na– fue su carta de presentación. A partir de aquí llegó su momento.
El sábado fabricó un -5 y aderezó el domingo con otro -4. Doce golpes por debajo del par que transmitieron toda la presión a sus rivales. Jordan Spieth, Brandt Snedeker y el reciente finalista en The PLAYERS Kevin Kisner fueron solo algunos de los golfistas que intentaron perseguir, sin éxito, a Chris. Spieth, el gran favorito para las casas de apuestas, pagó en exceso un mal viernes. El deportista de Dallas concluyó la segunda jornada con 73 golpes -3 por encima del par- y tuvo que nadar contracorriente para tener alguna opción de cara al último día. Al final, Spieth levantó el vuelo y con un -11 terminó el torneo en segundo lugar, una posición que compartió con Brandt Snedeker y Jason Bohn, que se metió en la batalla definitiva merced a un -7 en la jornada dominical.
Todos los intentos de persecución fueron en vano. Spieth, Bohn y Snedeker necesitaban que Kirk fallase su último putt para ir a un playoff a cuatro bandas. El de Atlanta no se puso nervioso. Miró, apuntó y acertó. Un par en el 18 que le facilitó la victoria y que le posibilita entrar en el Top 20 mundial por segunda vez en su carrera.