Colin Montgomerie se está sacando, poco a poco, la espinita en los Majors, aunque sea en el circuito senior. Esta semana realizó su décima aparición con los veteranos en un torneo grande. Y no decepcionó. El golfista escocés fue demasiado para sus rivales en el traicionero campo Pete Dye de French Lick (Indiana) y firmó una tarjeta de -8 –siendo el único que no acabó por encima del par en ninguna de las jornadas–. De esta manera el británico se embolsó el premio de 495.000 dólares y revalidó el título en el PGA Championship, consiguiendo el tercer Grande en su palmarés.
¿Quién se lo iba a decir a Monty hace apenas unos años? El deportista británico siempre fue conocido por su mala suerte en las grandes citas. En un intervalo de cinco años (1992-1997), Montgomerie fue capaz de conseguir dos segundos puestos y un tercero en el US Open, además de otra segunda posición en el PGA Championship de 1995. A esto le sumó dos subcampeonatos más con el comienzo del nuevo siglo (British Open en 2005 y US Open en 2006). Parecía que no quería llegar esa victoria, pero finalmente la consiguió en
el PGA Championship senior del pasado año, para poner la guinda con otro triunfo en el US Open, dos meses después.
“Fue un día difícil, pese a estar con tres golpes de ventaja al comienzo de la jornada”, comentó el golfista de 51 años en el día de ayer tras la consecución del título. “Es un campo muy difícil que te hace sacar lo mejor de ti mismo. No hay ningún hoyo que no tengas posibilidades reales de hacer doble bogey. Relajarse aquí es perder el campeonato”, afirmó.
Así, Montgomerie se convierte en el primer jugador que defiende con éxito el PGA Championship Senior desde que lo hiciera Hale Irwin desde 1996 a 1998. “Puede que nunca consiguiera la victoria en ningún Major cuando era más joven, pero esas experiencias le han hecho aprender de los errores y ahora lo está sabiendo aprovechar”, comentó su compañero Scott Verplank. Y vaya si lo está haciendo.