Tengan cuidado cuando vayan a recoger una bola que no ha encontrado calle. Entre los matojos, entre las copas de los árboles, pueden esconderse animales que no van a tener ningún miramiento en defender su territorio si se sienten amenazados. Para ello utilizarán todo lo que estén en sus manos… Bueno, en sus patas. Mordiscos, arañazos o aguijones, todo es poco para sobreguardar su zona de confort. Y es que la peligrosidad de un animal no está reñida con su tamaño, máxime cuando éstos atacan en manada, o en enjambre como en el siguiente caso.
Darryl Dever, un hombre natural del estado de Ohio, falleció esta pasada semana como consecuencia de las numerosas picaduras de abeja que sufrió mientras se encontraba disputando un partido en el Treetops Resort de Gaylord (Michigan). Dever se disponía a pasar una mañana tranquila en compañía de un amigo mientras disfrutaba de un poco de deporte cuando, una bola perdida, dio lugar al fatal desenlace. El jugador amateur falló un golpe en el hoyo dos y tuvo que marcharse a un bosque cercano a por la bola.
“Cuando se internó entre los árboles un enjambre furioso de abejas salió desde la tierra y comenzó a picarle. Se le localizaron, al menos, 20 picotazos entre la cabeza y el cuello”, afirmó Mark Tamlyn, sargento de la policía del estado de Michigan.
Dever no tenía alergias conocidas a las abejas, pero la intensidad de tantas picaduras en poco tiempo provocó rápidamente un problema médico grave. En cuestión de minutos comenzó a sentirse indispuesto para, poco después, tener problemas a la hora de respirar.
Poco se pudo hacer por la vida del amateur norteamericano. La noticia cayó como un jarro de agua fría en el propio campo de golf, donde Barry Owens, General Manager del complejo, tuvo unas palabras de ánimo para sus seres queridos. “Nuestros pensamientos y oraciones están con la familia y amigos de Darryl Dever durante estos momentos de dificultad. Es una tragedia inesperada. Nada de esto había sucedido en Treetops desde que se construyó el primer campo en 1987”.
Extremen el cuidado cuando se adentren en zonas con amplia vegetación. No en vano, se encuentran practicando deporte en plena naturaleza.