Con una diferencia temporal de cuatro años, la que media entre las ediciones de 2011 y ésta de 2015, celebradas en ambos casos en el emblemático RCG El Prat, Sudáfrica vuelve a asaltar de nuevo la cúspide del Open de España, Thomas Aiken como ganador entonces, su compatriota Trevor Fisher Jnr como brillante sucesor en los primeros compases de una competición a la que –todos lo saben– todavía le esperan centenares de alternativas.
Al primer líder del torneo, encuadrado dentro de lo que se podría calificar como esforzado trabajado del golf, que ha intentado conseguir la tarjeta del European Tour en varias ocasiones a través de la Escuela de Clasificación, le cambió recientemente la vida deportiva cuando ganó a mediados del pasado mes de marzo el Africa Open, un triunfo que le permite acudir a los torneos con otro talante y disposición, cuestiones fundamentales para construir, por ejemplo, una primera buena ronda en el desafiante recorrido del RCG El Prat y acabar en la casa club con un esplendoroso 7 bajo par en su tarjeta.
El sudafricano, todo acierto, tiene claro por qué ganó hace cuatro años su compatriota Thomas Aiken en El Prat –“lo entiendo ahora, ya que tienes que jugar al fade todo el tiempo menos en el hoyo 7, donde necesitas el draw”–, una forma de encarar el recorrido que une a ambos jugadores y que le ha ido a las mil maravillas en los primeros 18 hoyos, donde un solo error apenas minimizó una actuación fascinante.
Muy sólido en sus primeros 9 hoyos –salpicados con 3 birdies–, fue sin embargo en su segunda vuelta cuando destapó el tarro de esas esencias golfísticas, fuerte aroma sudafricano que impregnó a fondo la clasificación a base de nuevos y contundentes aciertos, otros cinco birdies –¡en seis hoyos! – que le permiten mirar a todos desde la atalaya de líder.
Su fuerte propuesta encontró sin embargo respuesta de proporciones similares en quienes están empatados en la segunda plaza a sólo un golpe, Tommy Fleetwood –una joven promesa inglesa, con dos triunfos ya en el European Tour–, Darren Fichardt –otro sudafricano al acecho a base de aciertos– y el barcelonés Eduardo de la Riva, ídolo local junto a Pablo Larrazábal que, conocedor del terreno palmo a palmo, sacó el máximo provecho al apoyo de sus seguidores.
De la Riva, impoluto, acabó la vuelta sin fallo alguno, una tarjeta inmaculada bordada a base de explosivos aciertos –¡un espectacular eagle culminado desde 100 metros nada más empezar… seguido de dos birdies consecutivos!– que le dieron alas para atacar con fuerza el liderato del torneo.
“Conocer el campo y estar en casa me da tranquilidad, sobre todo si empiezas jugando de esta forma”, explicaba, sonrisa en boca, quien acapara por el momento el brillo más intenso de los focos españoles, una atención mediática a la que se suman Adrián Otaegui –dentro del Top 10, séptimo en concreto, gracias a una notable vuelta de 68 golpes–, Álvaro Quirós y el amateur Mario Galiano, aires del Sur, gaditanos ambos, ganador del Open de España 2010 el primero, de estreno en este torneo el segundo, unidos ambos por una buena ronda de 3 bajo par en un día en el que a los grandes iconos españoles les tocó sufrir.
José María Olazábal K.O por una lesión; Miguel Ángel Jiménez en la parte media de la tabla con 72 golpes; Sergio García en las profundidades de la misma con 75, un registro que le obliga a remar con fuerza cuesta arriba en un torneo asaltado, a las primeras de cambio, por esos buenos golpes procedentes de Sudáfrica que nos retrotraen a aquel 2011 inolvidable.