¿Alguna vez se han preguntado si se podía ganar un torneo de golf sin jugar ni un solo hoyo? Parece absurda la pregunta, pero no lo es y les vamos a explicar por qué. Y todo tiene que ver con Donald Trump y el campeonato del 2018 disputado sobre la hierba del Trump International Golf Club. Casualidades del destino o no -se lo dejamos a su elección- los 20 triunfos que acumula Trump en su carrera como golfista han llegado en sus campos, algo que podría escamar conociendo las artimañas del republicano.
Sobre todo con este último torneo que posee. Una copa que en un principio ganó en buena lid Ted Virtue, un jugador de 58 años y director general de una firma de inversiones en Nueva York, pero que le fue arrebatada por el político después de una acción de lo más rocambolesca. Y es que una vez que Virtue consiguió el triunfo, Trump se lo cruzó tiempo después por el campo de golf y le dirigió el siguiente comentario: “La única razón por la que ganaste fue porque yo no pude jugar”.
Por lo que el presidente de los Estados Unidos le hizo una propuesta: un partido cara a cara a nueve hoyos y el que consiguiera vencer se llevaba el título. Un trato que Virtue aceptó sabiendo la que se le venía encima. Ambos disputaron este uno contra uno y Donald Trump consiguió vencer en este desafío atípico, un triunfo que llevó aparejado un buen detalle por parte del político: “Como no me parece justo quitarte el título de campeón, haré que en la edición de 2018 los dos aparezcamos como co-campeones”.
Parecía un trato justo después de todo. Sin embargo, Donald Trump se ha hecho colocar en su taquilla la placa como campeón del torneo, en lugar de como co-campeón, algo que han evitado comentar los empleados del campo y el propio Virtue.