Pese a que el californiano esté pasando por una mala racha como jugador, es innegable su amor por este deporte. El pasado año pasado conocíamos que el golfista había diseñado su primer campo, situado en el cabo de San Lucas (México).
El Cardonal, que así es como se bautizó a la criatura, está considerado por el propio Woods como “muy accesible y divertido para los golfistas de todos los niveles. Asimismo, tiene grandes vistas al océano Pacífico, arroyos naturales, dunas y abundante vegetación autóctona”. La presentación era buena. Sin embargo, hacía falta que pasara el tiempo para conocer la opinión real, la de quienes disfrutarán el campo asiduamente, y parece que Tiger ha dado con la fórmula del éxito.
Ubicado en el boulevard Diamante, El Cardonal recibe su nombre por el rancho que ostentaba la propiedad antes de que golf e inmobiliaria se aunaran para llevar a cabo el proyecto. El campo cuenta con unas vistas que viajan del azul del Pacífico a la aridez de los cactus y las dunas, todo ello llevado a su máxima expresión en las 537 yardas del hoyo 18.
Descrito por los diseñadores como un estilo “old California”, El Cardonal pone su énfasis en “la posibilidad de caminar, jugar y tener diversas opciones para plantear los golpes alrededor de los greens”, afirma Woods. El complejo bebe del Old Course de Saint Andrews y del Pinehurst No.2, caracterizados por la variedad, pero sin llegar a frustrar al jugador, así “las personas evitan perder una docena de pelotas cuando juegan aquí”, bromea Woods.
Las opiniones son unánimes en estos dos primeros meses de vida del campo: gusta, y mucho. Quizá estemos presenciando el resurgir del Tigre, pero no como jugador de campo, sino como diseñador de los mismos.
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