Se tiene la creencia de que entre los deportistas de élite, sea cual sea el deporte practicado, las sinergias hacia otras disciplinas resultan más favorables. Tenemos el ejemplo de Michael Jordan que, habiéndolo conseguido todo como jugador de baloncesto, probó suerte en el mundo del béisbol –y no se le dio del todo mal-.
Pues bien, no es el caso de Dikembe Mutombo. El histórico pívot de los Atlanta Hawks era todo un portento físico en las zonas, pero con un palo de golf en las manos dejaba un poco que desear. Sólo hay que ver el swing del congoleño y su cara después de que le gastaran una broma con una pelota de las que explotan al golpearla.





