La expresión «quedarse con el molde» se inventó para momentos como el sucedido el pasado sábado en el green de prácticas de Pebble Beach. Y es que el número uno del mundo Jordan Spieth vio como el hijo de Dustin Johnson, que apenas levanta unos cuantos palmos del suelo, le robó el putter mientras éste se encontraba a punto de golpear la bola. La cara del texano mientras Tatum Gretzky Johnson recogía el palo y la bola del suelo es todo un poema.
Ya se pueden imaginar las risas de los allí presentes con la ocurrencia del pequeño de un año.





