Tiger Woods vio la posibilidad de convertir su sueño en realidad cuando en 2006 compró los terrenos de su futura vivienda en Júpiter Island (Leer más: La mansión de Tiger Woods es una ruina). En parte de esos terrenos, el número uno del mundo, quiso construir la mejor instalación para el juego corto y medio reproduciendo escenarios similares a los que se ha enfrentado por todo el mundo.
El equipo de Tiger Woods Design comenzó a trabajar en el proyecto sobre una superficie de 3,5 acres (14 Ha) situado en el jardín de sus casa en las cuales se construyeron cuatro greenes, zonas de recuperación, bunkers, etc. de forma que se pudiera entrenar en una gran variedad de golpes.
Woods eligió diferentes tipos de hierbas con múltiples alturas. Cada uno de los bunkers recoge un tipo de arena, todo ello similar a los campos más importantes del mundo.
Todos los greenes están equipados con un sistema de tubos que calienta o enfría la hierba evitando las temperaturas extremas. El agua (no potable) se extrae desde una profundidad de 1.200 metros recibiendo un tratamiento asegurando la calidad para el césped y el resto de la jardinería.