Dio la vuelta al mundo en apenas unas horas, y no es para menos. El palo que el norirlandés lanzó al agua tras haber hecho un “splash” en el octavo hoyo de la segunda jornada del WGC-Cadillac ya ha creado escuela en las redes sociales. Multitud de imitadores han salido a la palestra desde ese viernes, pero ninguno tiene el encanto de este pequeño que, arengado por su padre -no creemos que sea un buen ejemplo-, lanza el palo al estilo McIlroy. Eso sí, menos mal que no acabó en las profundidades de un lago.