Oh, oh, parece que tenemos lío a la vista con los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Si hace unos días era Pau Gasol el que se convertía en el primer peso pesado de la expedición española que se cuestionaba su participación en la cita brasileña como consecuencia del famoso mosquito portador del virus Zika, en esta última semana multitud de deportistas de numerosas disciplinas y de muchísimas nacionalidades mostraban su inseguridad por acercarse a la cita olímpica sin tener claros los peligros a los que se exponen. Y claro, el golf no podía ser ajeno a todo esto –y ya van unos cuantos casos-.
En esta ocasión le ha tocado el turno al flamante número 1 mundial de este deporte, Jason Day. El jugador australiano, que tuvo un discreto final de torneo en Muirfield Village hace unas horas –acabó en el T27 después de finalizar con dos golpes por encima del par los últimos 18 hoyos- charló largo y tendido con los medios de comunicación acerca de los nuevos retos que se avecinan y, en especial, de Río 2016.
“Es difícil decir en este momento si estaré en Marapendi”, reconoció a los micrófonos de Associated Press. “Estamos tratando de obtener una solución a todas las informaciones que nos llegan, pero lo cierto es que tanto mi mujer Ellie como yo no queremos exponernos a contraer el virus. A pesar de que nuestra segunda hija, Lucy, naciera en noviembre seguimos queriendo ampliar la familia, y esto podría resultar un inconveniente. Obviamente podría pasar también aquí, pero ir abajo conlleva tener más posibilidades de que ocurra”, comentó el golfista aussie.
No es el primer deportista que afirma abiertamente su miedo a asistir por el hecho de no poder tener más descendientes. Sin ir más lejos, el sudafricano Charl Schwartzel –que se retiró de la cita olímpica en el mes de abril-, ya dijo que si hubiese sido en cualquier otro lugar del mundo hubiese jugado sin problemas. “Si no hubiese querido tener hijos o si fuera soltero hubiese ido a Río. Deseo jugar en unos Juegos Olímpicos, pero la salud es lo primero. Es tan simple como eso”, afirmó en una entrevista.
De esta manera, la incertidumbre de Jason Day se une a la de Rory McIlory como grandes incógnitas en el evento que arrancará en solo dos meses sobre la hierba del Campo Olímpico. Esperamos acontecimientos.