El golf español concluyó el año 2021 con 284.954 federados, 283.363 de ellos amateurs y 1.591 profesionales, según los datos del recuento oficial realizado con fecha de 31 de diciembre.
Esta cifra supone un incremento absoluto de 13.166 licencias durante el pasado ejercicio, que en términos porcentuales es un 4,8% más que a primero de año. Ambos registros, tanto el absoluto como el porcentual, constituyen un cambio positivo de tendencia en un periodo especialmente complicado por la crisis sanitaria del coronavirus.
En este marco tan especial, la idiosincrasia del golf –un deporte saludable, practicado al aire libre, seguro, que establece de manera natural las distancias de seguridad– y el establecimiento de un protocolo –que permitió en su momento restablecer desde el primer momento la práctica de este deporte– han constituido un reclamo para numerosas personas, que encuentran en el golf una actividad saludable tanto desde el punto de vista físico como psicológico.
Este aumento de licencias de golf constituye el tercer año de crecimiento consecutivo, rompiendo con ello una prolongada racha de nueve años seguidos de decrecimiento experimentado en el periodo comprendido entre 2010 y 2018, coincidiendo con buena parte de la prolongada crisis económica y cambios sociales que han condicionado durante muchos años el desarrollo de sectores muy diversos de la sociedad española.
Mención especial merece el importante ascenso de más de 13.000 licencias en comparación con los crecimientos experimentados en 2019 y 2020 –300 licencias más en 2019; 318 licencias más en 2020–, datos en cualquier caso muy valiosos si se tiene en cuenta el efecto que sobre la actividad genera la pandemia en sectores vinculados al deporte, el ocio y el turismo tanto a nivel nacional como internacional.
Este último trienio confirma asimismo una tendencia iniciada en 2013, cuando se alcanzó el pico de decrecimiento –en concreto un 6,0%– posteriormente aminorado en 2014 (-3,7%), 2015 (-2,7%), 2016 (-1,5%), 2017 (-0,5%) y 2018 (-0,3%) antes de dar paso al citado crecimiento del 0,1 % en 2019 y 2020 y del 4,8% en 2021, lo que dibuja una curva que, en términos estadísticos, se entiende como punto de inflexión desde el citado momento.
Tomando como referencia un periodo temporal mayor, es preciso recordar que en 1990 había 45.000 jugadores en España; el listón de los 100.000 se rebasó en 1996; se registraron 200.000 en los primeros meses de 2002; a mediados de 2004 se contabilizaron 250.000 y a finales de 2006 se superó la barrera de los 300.000 federados. El pico máximo de número de licencias se produjo en 2010, cuando hubo 338.588 federados, iniciándose desde entonces el proceso de curva de inflexión descrito anteriormente.
Fuente: RFEG