El alicantino José María Buendía ha estrenado su palmarés nacional con el título de campeón de España Profesional Senior 2016, torneo celebrado en el recorrido almeriense de Desert Springs que ha encumbrado a un jugador esforzado y trabajador por encima de otros que, con currículo deportivo adornado por decenas de victorias, sucumbieron a su serena y continua eficacia.
Perteneciente a ese grupo de golfistas que hacen del trabajo su razón de ser, José María Buendía había dado en el pasado reiteradas muestras de querer hacer algo grande, tercero en este mismo torneo en la edición de 2012 y cuarto en los años 2013 y 2015, una reincidencia que finalmente ha tenido premio en tierras andaluzas.
“Estoy muy contento, feliz. Es el triunfo al trabajo, lo llevaba persiguiendo hacía tiempo y por fin ha llegado. Me alegro especialmente por mi patrocinador, Kaine, un apoyo que me hace jugar más tranquilo. Lo he notado en este campo, que me ha parecido fantástico”, decía José María Buendía nada más entregar su tarjeta, una honda satisfacción reflejada en el brillo de sus ojos y en una tímida sonrisa de quien, a pesar de trabajar mucho, no abraza la victoria todas las veces que lo merecen sus múltiples horas de dedicación.
Empatado a primera hora de la mañana junto a Juan Carlos Piñero y Diego Morito, el partido estelar se convirtió pronto en una olla en ebullición, presión creciente en cada golpe que muy rápido –bogey en el hoyo 3 y doble bogey en el hoyo 4– descabalgó en la práctica a éste último de la lucha por el título.
José María Buendía, por el contrario, imprimió a su juego un ritmo vigoroso donde sólo los aciertos tenían cabida. Lo demostró, para evidenciar cuáles eran sus verdaderas intenciones, ya en el hoyo 1, un birdie precoz acompañado bien pronto por otro par de ellos en los hoyos 3 y 6, punto del recorrido donde, ya sí, los cazadores de apuestas veían mucho más claro que el golfista alicantino, sobria eficacia, iba muy, pero que muy en serio.
Apeado Diego Morito, únicamente Juan Carlos Piñero –primer líder del torneo– aguantaba el tipo mediante una actuación cimbreante, combinación de birdies (en el 1, 6, 8, 9…) y bogeys (5, 7, 11…) que le mantenían en la lucha pero que eran insuficientes para desbancar a José María Buendía de la máxima atalaya.
Fue por detrás, dando grandes zancadas, de donde surgió la verdadera alternativa e intimidación al buen hacer de José María Buendía. Y es que golfistas del prestigio de José Manuel Carriles –cuatro birdies en la primera vuelta, dos más en la segunda en el marco de una jornada limpia de fallos– y Juan Quirós –cuatro bajo par en su caso– ascendían de forma meteórica hasta plazas que le corresponden por calidad y talento, segundo y tercero al final, si bien su briosa reacción, que venía incluso de mucho más lejos en el caso del jugador gaditano, 67 golpes en la segunda ronda para compensar 77 iniciales, careció del máximo premio.
Y es que, a esas alturas, José María Buendía defendía con uñas y dientes, con aparente calma, la comedida ventaja adquirida en un final de torneo digno de los mejores guiones cinematográficos, bogey del alicantino en el hoyo 17 que le hizo sacar de dentro lo mejor de sí mismo en el último y decisivo, sensacional golpe de aproximación desde 180 metros que dejó la bola a apenas 70 centímetros de bandera, un golpe colosal que generó un nuevo birdie y su primer título de carácter nacional, el triunfo del trabajo y del esfuerzo.