Frank Martin, entrenador de la Universidad de South Carolina, ha dado toda una lección de tolerancia a través de un vídeo en el que se pide respeto para técnicos y árbitros que se ha hecho viral en los últimos días en las Redes Sociales. Frank, nacido en Cuba con el nombre de Francisco José, es conocido en los EE.UU. por su tremenda sinceridad, siempre al límite de lo permitido y de lo políticamente correcto.
Hace unos días, Martin pedía respeto a los árbitros y entrenadores de baloncesto, algo que podemos extender a prácticamente todos los deportes y el golf no se queda fuera de ello. Hemos visto en muchas ocasiones como algunos padres insultan e incluso agreden a colegiados porque no están de acuerdo con las decisiones adoptadas, el último de ellos lo hemos visto en Hernani donde se han denunciado por parte de la Diputación de Guipuzcoa «insultos y desprecios machistas» a una árbitro de 17 años durante el partido de cadetes entre el Hernani y el Eibar.
Pero no solo es el fútbol y el baloncesto. En el Golf también hemos visto en ocasiones como algunos padres o acompañantes han sacado sus peores instintos no solo para arengar a su hijo, familiar o conocido, contra el rival, sino que hemos llegado a ver como menospreciaban al chaval por haber fallado un golpe. Recordamos a aquel niño que después de haber ganado un torneo de alevines fue preguntado por como lo había hecho y su contestación inocente fue, «he jugado mejor cuando no vi a mi padre«.
De hecho la Federación Española de Golf mantiene un código de conducta para todos los padres y acompañantes en todas las competiciones para niños hasta 14 años, el cual deben de firmar. En él se prohíbe que los acompañantes (ya sean familiares o amigos) no se pueden acercar a menos de 50 metros, que no se pueden comunicar con el jugador ni verbal ni de forma gestual y solo se permitirá animar mediante aplausos (no se permiten los gritos). El incumplimiento de estas normas «podría obligar al comité a tomar medidas no deseables«, según rezan dichas normas. Ver NORMAS de CONDUCTA RFEG
Pero volviendo al vídeo en cuestión, Martin explica que estas personas, «simplemente, nos están ayudando a educar a nuestros hijos y que no ganan ¡ni un dólar! por ello«. Un vídeo que no tiene desperdicio.