Que Ernie Els es una persona que se preocupa por los demás está fuera de toda duda. Desde que en 1999 –dos años después de conseguir su segundo US Open– fundara The Ernie Els and Fancourt Foundation –una organización que tenía como objetivo captar talentos para la práctica del Golf entre las familias con menos recursos económicos y becarles su formación-, el golfista sudafricano no cejó en su empeño por hacerle la vida más fácil a aquellos que no pueden disfrutarla de la misma manera.
Y más aún cuando a su hijo se le diagnóstico autismo. Desde ese momento, tanto él como su esposa Liezl han invertido mucho trabajo en apoyar eventos y actividades para dar a conocer este trastorno psicológico al mundo. Es por esto que desde el 2009 se lleva a cabo el Els for Autism Pro-Am en el PGA National Resort & Spa de Palm Beach Gardens, cerca de su residencia en Florida del Sur, con el objetivo de captar dinero para hospitales y centros que se ocupan de estas personas, estimulándoles y dándoles una mayor calidad de vida.
Hasta que en agosto de 2015 vio la luz The Els Center of Excellence, ubicado en Jupiter (Florida), un complejo que tiene a su disposición desde escuelas, actividades y terapias, todo girando en torno al autismo, de los que se han beneficiado ya 3.647 personas de 13 países distintos. Y, claro, aunque no lo buscara, The Big Easy ha sido nombrado finalista del Sports Humanitarian of the Year Award, un reconocimiento hacia la labor de los deportistas fuera del terreno donde se han dado a conocer.
En un año en el que el sudafricano probablemente esté disputando su último US Open, esta nominación es una muestra más de que para ser grande, no hace falta haber ganado mucho –aunque Els cuenta con cuatro Majors– sino tener un corazón acorde a su grandeza deportiva.