Si no lo veo no lo creo, dirán muchos. Y es que lo que no es normal es ver como un aparente e inofensivo pavo impedía jugar a este golfista ya que cada vez que bajaba la guardia, el animal se abalanzaba sobre él. Una agresividad que podemos imaginar viene por lo resabiado del ave residente habitual en este campo de golf que con frecuencia busca la comida que el jugador porta en la bolsa o el buggie.
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That Turkey didn’t like his backswing. Via: @jbernheimer5 @barstoolsports