No pierdan de vista a este chico, porque este año dará que hablar. Y es que, con 27 inviernos a sus espaldas, Fowler encara el 2016 después de haber realizado la mejor temporada de toda su carrera deportiva. El golfista californiano consiguió durante el pasado 2015 vencer en The Players Championship –considerado el quinto Grande-, el Deutsche Bank y el Open de Escocia, demostrando que había llegado el momento de dejar a un lado su papel de promesa para convertirse en toda una realidad del golf mundial.
Y todo parece indicar que 2016 arranca por los mismos derroteros, como pudo comprobarse hace sólo unos días en Abu Dhabi, donde dejó en la cuneta a pesos pesados de este deporte como el número uno Jordan Spieth o Rory McIlroy, el mejor golfista europeo de los últimos años.
Con su triunfo en el Abu Dhabi HSBC Golf Championship Fowler se embolsó la nada despreciable cifra de medio millón de dólares, a lo que sumó los puntos necesarios para alcanzar el cuarto puesto en el ranking global. Pero el estadounidense no se conforma con esto.
En una reciente entrevista concedida al periódico británico The Guardian, el norteamericano reconoció que había sido “una buena manera de empezar el año”, pero que deberá trabajar duro para alcanzar su objetivo final: el número uno del mundo. “Soy consciente de que es una tarea complicada por la gran competencia que existe, pero esto no significa que no pueda pensar en ello. En estos momentos mi juego está donde creo que debe estar. Es una gran ventaja porque no tengo que preocuparme por tratar de mejorar cosas. De hecho, es la primera vez que me ocurre a estas alturas de temporada”, confesó.
“Lo único por lo que tengo que preocuparme ahora es por afinar mi puntería con la vista puesta en Augusta”, puntualizó el joven deportista. Y vaya si le hará falta. Todo sea por mejorar el T12 de la temporada pasada y que Spieth le enfunde la Chaqueta Verde.