Este pasado martes el mundo del golf vivió un día muy emotivo. Muchos de los grandes nombres en este deporte viajaron hasta Latrobe, Pennsilvania para despedir y dar el último adiós a Arnold Palmer, «The King», en la basílica de Saint Vincent College de su ciudad natal, quién falleció el pasado 26 de septiembre a los 87 años de edad.
Este pasado domingo, Estados Unidos recuperó la Ryder Cup en el Hazeltine National Golf Club de Chaska en Minnesota por primera vez en ocho años y por segunda en lo que llevamos de siglo, después de derrotar a Europa por 17-11 y al igual que sucede con Europa donde el espíritu de Seve siempre está presente, en esta ocasión era el de Palmer el que se sentía en Hazeltine.
El destino quiso que en los Foursome que habría la competición el viernes se impusieran los estadounidenses por 4-0, resultado que no se daba desde 1975, cuando «The King» ejercía las labores de capitán. Mientras la bandera de la Ryder Cup se bajaba durante la ceremonia de clausura el sentimiento era unánime, «Esta es para Arnie».
Y así fue, dos días más tarde del triunfo y a petición de Amy, la hija de Arnold Palmer, la Copa de Samuel Ryder estuvo presente en el funeral de «The King» con Rickie Fowler, Phil Mickelson y Bubba Watson también en el acto, todos ellos con lágrimas en sus ojos.