Bill Haas regresa a la competición esta semana en el Valspar Championship sabiendo que este torneo será diferente a los 347 disputados anteriormente en el PGA Tour. Como recordarán, el pasado 13 de noviembre el estadounidense sufrió un grave accidente automovilístico en Pacific Palisades, cerca del Riviera Country Club, campo que acogía esa semana el Génesis Open y en el que el jugador estaba apuntado.
A pesar de que las heridas corporales van disminuyendo en el 6 veces ganador en el PGA, todavía están recientes los recuerdos de Mark Gibello, amigo fallecido de Haas tras chocar su Ferrari contra otro vehículo y un poste, Haas era el pasajero que viajaba junto al conductor. «Fue un momento trágico, traumático, aún no estoy seguro de cómo manejarlo. Sigo centrándome en la familia Gibello«, declaraba Haas en su primera entrevista desde el accidente.
Haas y Gibello habían estado jugando el fin de semana anterior en Los Ángeles Country Club del que Gibello era miembro, además de ser persona cercana a Butch Harmon, entrenador de swing del propio Haas.
Recordado por aquel golpazo desde dentro del agua en 2011 en el Tour Championship que le valió para ganar el torneo y la FedEx Cup, el estadounidense de 35 años saldrá la campo con otra visión de la vida y con un apoyo entre sus compañeros que hasta el momento desconocía.