Nunca es fácil hablar de estos temas y más cuando se trata de deportistas profesionales que están en la flor de la vida. Pero hay que ver la luz al final del túnel y quizá este sea un punto de inflexión para que se logre investigar más sobre el tema y conseguir avanzar en una materia que a día de hoy carece de solución. Nos referimos al joven Morgan Hoffmann que, a sus 28 años, ha confirmado a través de una columna publicada el lunes en el Players Tribune que le han diagnosticado recientemente distrofia muscular.
“En 2011 comencé a notar que mi pectoral derecho se estaba deteriorando”, comenzó diciendo el estadounidense en su escrito. “Pude verlo en imágenes y en mi refejo en el espejo. Así que comencé a buscar la ayuda de especialistas en todo el país, e incluso varios en Canadá. Ese fue el inicio de un período de cinco años de diagnósticos erróneos, frustración y confusión”, continuó.
“Durante todo este tiempo visité a más de 25 médicos. Mientras todos ellos se estrujaban los sesos, mi enfermedad progresó, mi velocidad de swing disminuyó y seguí perdiendo músculo en mi pectoral. Hoy por hoy el pectoral derecho casi ha desaparecido”, reconoció el norteamericano, que en el último curso completó su quinta temporada en el PGA Tour.
A día de hoy la distrofia muscular carece de cura y los distintos tratamientos existentes están encaminados a retrasar la evolución del mal y a mantener al paciente independiente de ayudas externas el mayor tiempo posible. Es por esto que Hoffmann está decidido “a marcar la diferencia” en la lucha contra esta enfermedad y ya está planeando un evento benéfico en su escuela local de Nueva Jersey.
“No veo la hora de empezar a recaudar dinero y concienciar a todo el mundo sobre esta patología”, señaló el que una vez fuera mejor amateur del mundo. Y seguro que muchos lo agradecen.